Por Rossanna Oyarzún
Directora Ejecutiva de ONG AVANZA Inclusión
La antropóloga Marta Lamas plantea que el género es un factor de estructuración social, donde ser mujer u hombre implica tener roles y posiciones diferentes que se rigen por valores patriarcales, otorgándole mayor poder y privilegio al género masculino. De esta forma, el sistema patriarcal designa modelos de masculinidad y feminidad a través del sexo de una persona, asumiendo funciones, actividades, poder, relaciones y valores según sea el caso.
En nuestro país, la última Encuesta Nacional “Percepciones de las Mujeres sobre su situación y condiciones de vida en Chile, 2019” realizada por la corporación Humanas, arrojó que, de un total de 1.221 mujeres entrevistadas, el 92.5% considera que Chile es un país machista; el 72.2% cree que el movimiento social y político de las mujeres le hace bien a la democracia; el 67.3% que este movimiento ha permitido cambios positivos para el país; y el 42.5% de las encuestadas se considera feminista.
Sin duda, el feminismo no sólo ha conseguido llamar la atención mundial sobre la invisibilidad y la ausencia de las mujeres en el ámbito social y político, sino que ha ido formando y transformando significativamente los entornos. Margarita Mantilla Chávez, socióloga feminista, plantea que contrario a lo que se piensa, el feminismo no es un grupo radical que busca dividir o fomentar el odio hacia el género masculino, sino que es un movimiento político y social que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo, en contra de la opresión, la violencia sexual, subordinación y explotación; y que busca condiciones de igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en relación con los hombres, así como condiciones sociales justas para ambos sectores.
A 47 años de que la Organización de las Naciones Unidas estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, hoy lo conmemora bajo el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, con el propósito de potenciar la igualdad de género en el contexto de la crisis climática y la reducción del riesgo de desastres que supone uno de los mayores desafíos mundiales del siglo XXI.
Este lema surge a raíz de los últimos datos recopilados por la ONU, que establecen que el 70% de las personas que viven en condiciones de pobreza son mujeres; el 40% de los hogares más pobres de las áreas urbanas están encabezados por mujeres; que en la producción mundial de alimentos las mujeres predominan siendo entre un 50-80%, pero poseen menos del 10% de la tierra; y que el 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas. Esto da cuenta que las mujeres son más vulnerables al impacto del cambio climático que los hombres, ya que constituyen la mayoría de la población que viven en condiciones de pobreza en el mundo y son más dependientes de los recursos naturales afectados por esta amenaza medioambiental.
A partir de la interseccionalidad, nos damos cuenta que no a todas las mujeres nos atraviesa y cruza la misma discriminación, pero que todas están conectadas (raza, cultura, sexualidad, clase, educación, discapacidad y religión).
Hoy, 8 de marzo de 2022, queremos reconocer la memoria de las mujeres que han sido silenciadas, así como también las diversas resistencias y formas de organización política que se levantan en los territorios, cuestionando lo que implica ser mujer, no sólo en Chile, sino que en América Latina y el mundo. Destacamos la lucha de todas las mujeres que anhelan una sociedad justa, equitativa, libre de violencia y discriminación, especialmente a aquellas que son víctimas de la exclusión social y de diversos tipos de violencia, sin la intención de apropiarnos de sus luchas, sino que con el objetivo de destacar que las resistencias no son hegemónicas, sino que muy diversas y presentes en todos los espacios sociales.